La refrigeración se utiliza para almacenar y conservar los alimentos a bajas temperaturas cerca de su punto de congelación, pero sin llegar a el. En general, en la refrigeración las temperaturas sueles ser de entre 0 a 4 ºC. A estas temperaturas, la velocidad de desarrollo de los microorganismos en los alimentos es mas lenta.
La refrigeración permite conservar los alimentos perecederos en un corto o medio plazo.